Es un hecho indiscutible
que las TIC forman parte de nuestras vidas, cotidiana y académica,
queramos o no, seamos más reacios a ellas o menos. Me encuentro ante
una situación de cierta resistencia, pero especialmente en lo
referente a las redes sociales, por aquello de compartir opiniones,
creencias, deseos, sin mirar a la cara de tu interlocutor, con o sin
café o cerveza entre mirada y mirada. Pero como herramientas en la
práctica docente, no tiene precio, ante lo que me rindo. En
cuanto los alumnos ven que el docente enciende el ordenador del aula
su actitud cambia y se vuelven mucho más receptivos y esa
disposición debemos aprovecharla para acercarnos a ellos y
acercarles los conocimientos.
Entre las herramientas
más utilizadas por mí se encuentran los procesadores de textos que
facilita tanto la creación, organización y almacenaje de los
materiales, pensamientos,... El Power Point es de uso indiscutible en
las presentaciones para atraer la atención de los receptores y, en
otras ocasiones también sirve para distraerla de la propia persona.
Otra herramienta extremadamente útil ha sido Google Drive. Con ella
puedo compartir la creación y elaboración de trabajos académicos
con los grupos de compañeros. Pero también la empleo para mi
trabajo fuera de las aulas, y mis jefes ven a tiempo real la
evolución de mi trabajo que incluye comentarios y puestas en común.
En realidad creo que con Gmail tenemos acceso a unas cuantas
aplicaciones muy útiles en general.
La gran Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes en la que tienes acceso a tantos
materiales; Drae, que de tantos momentos de duda me ha sacado.
Youtube, donde puedes encontrar vídeos, documentales, canciones...,
de amigos también. Todo tipo de materiales que se pueden visionar en
el aula. Poco más tengo que decir debido a mi voluntaria ignorancia
tecnológica, aunque cada vez más preocupada por salir de ella.
Sin ser plenamente consciente de ello, será por mi actitud de “yo no he caído”, me
he dado cuenta de un hecho que ha pasado desapercibido para mí por
completo, resulta que utilizo mucho más estos medios de los que soy
consciente. Compro los billetes y facturo online, y si necesito
vehículo allá donde vaya, ¡pues también!; escucho música en
Spotify; las gestiones bancarias las hago a través de mi móvil;
compro libros, música, regalos y otras cosas extremadamente útiles
por Internet; y leo las noticias también. Hace muchos años que ya
nadie compra el periódico en casa. Mi agenda está en mi móvil; en
Dropbox organizo todas mis cosas que también comparto.
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