lunes, 21 de marzo de 2016

Cien años de soledad

Comparto esta presentación sobre la novela (para un servidor LA NOVELA) de Gabriel García Márquez Cien años de soledad.


Aprender y enseñar con TIC

Aquí os dejo el vídeo Aprender y enseñar con las TIC, en el que se nos habla de cómo se deben aplicar las TIC en el aula no sólo por el hecho de utilizarlas sino con un objetivo. Debe hacerse de forma justificada, buscando potenciar la mejora del aprendizaje y la calidad de la enseñanza de los alumnos. 

Vídeo TIC

Hola chicos, os dejo un vídeo sobre las TIC en clase de ELE (que para el caso es lo mismo). Además, es de cosecha propia, pues lo realicé el año pasado para la clase de TIC que tuve en el Máster de ELE.
Admito críticas. Besicos

domingo, 20 de marzo de 2016

Vanguardias literarias

   Comparto esta presentación de las vanguardias literarias.


Presentación de diapositivas: Miguel Hernández

He elegido a Miguel Hernández porque es una de las figuras más importantes que se estudian en 2.º de Bachillerato y de las más presentes en Selectividad. Estas diapositivas en concreto son muy completas, ya que contienen su biografía y su obra de manera resumida, pero sin perder información, y está todo ordenado de forma cronológica, por lo que es fácil seguir el hilo.

La farsa de la educación

"Repetir, ignorar, obedecer". Un vídeo que presenta a personas de diferentes países hispanohablantes dando su opinión sobre el sistema educativo y sobre qué bases está sustentado. Qué pretenden de nosotros (producir para consumir y, de ese modo, sostener el sistema de Gobierno en el que vivimos). Te hará reflexionar.



miércoles, 16 de marzo de 2016

lunes, 14 de marzo de 2016

Mi uso de las TIC

Hace unos días un anuncio publicitario de televisión me hizo reflexionar sobre el uso de las TIC. La verdad que la trama del anuncio no deja indiferente: una chica, sentada en un autocar, mirando la ventanilla, se propone reflexionar, pasan unos segundos,  y coge el móvil.
Respuesta de la escribe: ¡qué daño hacen las tecnologías a la sociedad de hoy en día!
Pero dejemos a un lado esa pura frase visceral. Creo que la culpa no debemos dársela a las nuevas tecnologías, que son la consecuencia de un mundo que evoluciona, sino que debemos buscarla (esa culpa) en cómo la gente evoluciona con el mundo. Hay varios tipos de actitud social ante las TIC: personas que se adaptan de inmediato a esta novedad (y viven enganchadas), personas que son reacias a ella, o personas que son críticas con dicha novedad, y ya que han de vivir con ella, se adaptan e intentan hacer un buen uso de la misma. Yo, por ejemplo, me incluyo en el tercer tipo. Para mi trabajo diario, el estudio, internet es una herramienta clave. No podría escribir sin tener dos ventanas abiertas en mi ordenador: el diccionario de sinónimos y el DRAE.  Para mi vida social utilizo dos vías de comunicación TIC: Gmail y whatsapp. La primera me permite pasar o recibir cualquier información o trabajo, es decir, la uso como herramienta de trabajo. La segunda me sirve para comunicarme de forma rápida e incluso divertida con amigos y familiares, además, me asegura poder ver a mi sobrino cada día a pesar de estar a 400 km de distancia de él (totalmente genial). Admitiendo la ventajas de whatsapp, confieso que soy de las que me gusta disfrutar de una cervecita en la terraza con mis amigos o hablar / “discutir” con mi pareja en persona. ¡Qué coño, me gusta el lenguaje no verbal y no los emoticonos!
En relación a la información que me facilita internet, reconozco que la página web que miro cada mañana es el periódico, y la que miro cada vez que me dispongo a ver una película es filmaffinity. Ah!, y no podría dejar de mencionar a mi queridísimo youtube; eso sí, mis artistas favoritos gozan de un lugar en mi estantería de música, al lado izquierdo de mi estantería de libros (el olor a libro viejo y la escritura inmediata en los bordes de un libro no me lo quita nadie).

Resumiendo: uso las tecnologías pero con moderación.

Mi mundo TIC


Documentándome sobre las TIC y el uso que hago de cada una de esas tecnologías he dado con un lista de las 100 herramientas TIC más utilizadas en 2014. De ese centenar yo uso 33, con bastante asiduidad. Sin embargo, hay 52 que ni siquiera había oído mencionar. ¡Y yo que pensaba que estaba al día con las TIC... 



A continuación os presento mi top 10 de usos de TIC:

1. WhatsApp.  Uso y abuso de esta herramienta. No he calculado las veces al día que desbloqueo el móvil con el fin de comprobar si tengo algún mensaje de WhatsApp, pero muchas, muchísimas.  

2. Redes sociales. Las uso prácticamente a diario. Facebook e Instagram más a modo cotilleo. Twitter para leer y buscar información de actualidad. Es increíble la inmediatez de esta red social.  Recuerdo que el otro día vi una nube de humo negro en un edificio y me metí en Twitter con el hashtag #alicante y ya había centenares de tweet relacionados con ese incendio (fotos, videos, hipótesis de lo sucedido…).

3. Google: para todo y a todas horas. Acabo de caer en que ya no pongo la página web completa en la barra de dirección del navegador, lo busco directamente en Google. Además de utilizar en Google imágenes, maps, académico, etc.  


4. Procesadores de texto: también hago un uso casi diario de los procesadores de texto. En la tablet con Microsoft  Office y en el ordenador con Open Office.

5. Pinterest y Flicker. Me gusta mucho la fotografía y utilizo estas páginas para ver, inspirarme ya subir las mías propias. 


6. Google Drive y Dropbox. Lo utilizo fundamentalmente para guardar y compartir archivos e cualquier tipo. 

7. Blog  (WordPress y Blogger). Fundamentalmente para temas académicos.  

8. Presentaciones. Para todas las charlas o clases que tengo que dar utilizo el PowerPoint, o Prezi si son más largas o sé que voy a tener que llamar más la atención.  

9. Skype. Lo utilizo fundamentalmente para comunicarme con los familiares que no viven en la ciudad y alguna vez lo he utilizado para hacer algún trabajo, aunque cada vez menos desde que conozco Google Drive. 

10. RAE y Wordreference. Para consultar palabras o frases hechas en castellano o cualquier otro idioma. 


En las prácticas docentes del mes pasado, pude comprobar lo limitado que está el mundo de las TIC en los institutos, por lo menos en el que estuve yo. De pizarras digitales ni rastro, no todas las clases tenían la clavija de Internet (WiFi no existe), profesores que repelen las nuevas tecnologías, proyector en todas las aulas pero ordenador en sólo dos, aunque en Secretaría había dos portátiles para 24 clases. Insisto, 2 portátiles para 24 clases. Y no es que no se pueda educar hoy en día sin las TIC, pero considero que los usos de las mismas puede facilitar mucho el aprendizaje de ciertas materias además de hacerlo más atractivo y motivador para los alumnos.    



Autobiografía lectora

Empecé a leer a los tres años. Mi abuela me llevaba a la biblioteca municipal de Fuentealbilla, sacaba tres cuentos infantiles y al día siguiente los devolvía ya todos leídos. La bibliotecaria, viendo que me los leía tan deprisa, dejaba que me llevase más de tres libros, que era el límite.
He leído cuentos de todas las partes del mundo, después empecé con las novelas de aventuras y de terror. Fui creciendo y me enganché a las novelas de misterio y de crímenes. Allá por la adolescencia, escribía mis propios relatos, pero tenían una calidad literaria tan pésima que aún hoy me río de ellos. He crecido rodeada de libros, mi madre es lectora y mi tío también lo era. Mi abuelo leía novelitas del oeste que yo también leía y mi padre siempre ha sido asiduo a los cómics de superhéroes, cosa que a mí también me contagió. Leo de todo, desde grandes clásicos de la literatura hasta el último bombazo editorial (sobre todo sagas), incluyendo cómics. Hay quien se avergüenza de ser filólogo y leer novelas ligeras, pero no veo que sea algo incompatible ni que sea nada malo. Se puede ser amante de las novelas de Gabriel García Márquez y disfrutar a la vez de las aventuras de Beatrice Prior en Divergente.

Al final, mi pasión por la lectura me llevó más allá. Ya no me conformaba con solo leer, sino que necesitaba contar historias. Seguí escribiendo historias malas, llenas de clichés y de personajes sin sentido, con tramas imposibles y poco pensadas. Hasta que un día decidí tomármelo en serio, practiqué mucho la escritura, leí aún más, seguí escribiendo y empapándome de buenos y no tan buenos libros. Y, bueno, ahí voy, poco a poco abriéndome un caminillo en el mundo de la literatura, que es lo que más me gusta.

Mi experiencia con las nuevas tecnologías

En mi reciente experiencia como profesora de prácticas en un instituto de secundaria, he de decir que tuve relativa suerte, ya que estaban muy concienciados con las TIC y se encontraban en proceso de introducirlas en unos cursos y también las habían introducido con éxito en otros. Tablets, ordenadores, pizarra digital, libros digitales y duales, actividades online, uso de Drive, Google, Kahoot!, Movie Maker, etcétera.
Asimismo, se motivaba a los alumnos para que usasen las tecnologías a la hora de realizar los deberes o trabajos, se los enseñaba a utilizarlas y se les facilitaba el acceso a las mismas. En este centro pensaban en las posibilidades de los alumnos, es decir, si en casa no tenían internet, les facilitaban en el centro un ordenador con conexión para que terminasen la tarea adjudicada. 
Una de las clases que me tocó impartir era especialmente dura y complicada, ya que se trataba de un 3º de la ESO de Diversificación cuyos alumnos habían fracasado en los estudios repetidamente. Aparte de tener que ingeniar explicaciones muy sencillas sobre temas quizá no tan sencillos, tuve que adaptarme a la dinámica de la clase, puesto que los alumnos funcionaban con esa dinámica y no otra. Tuve que usar el ordenador (libro digital y búsquedas en Google), el proyector, la pizarra y fotocopias. Me hice un guion detallado para saber en qué momento usar cada cosa y no liarme. Me resultó muy complicado porque en el máster no se dan las TIC hasta el segundo cuatrimestre, lo cual no parece tener mucho sentido, ya que me habría sentido mucho más integrada y me habría manejado mucho mejor si hubiera tenido más conocimiento sobre las mismas. Creo que es una asignatura que debería darse en el primer cuatrimestre y no en el segundo.

Mi experiencia con las TIC en el aula ha sido todo un reto por lo expuesto anteriormente. Había una dinámica fija a la que tuve que ceñirme y tuve que usar un montón de herramientas con unos alumnos muy especiales. Fue todo un reto, pero los retos me motivan y me gustan, así que lo hice con muchas ganas, pero acabé agotada precisamente porque tuve que gastar todas mis energías en hacer que todo funcionase del mejor modo posible.

Herramientas digitales en el aula

       Es un hecho indiscutible que las TIC forman parte de nuestras vidas, cotidiana y académica, queramos o no, seamos más reacios a ellas o menos. Me encuentro ante una situación de cierta resistencia, pero especialmente en lo referente a las redes sociales, por aquello de compartir opiniones, creencias, deseos, sin mirar a la cara de tu interlocutor, con o sin café o cerveza entre mirada y mirada. Pero como herramientas en la práctica docente, no tiene precio, ante lo que me rindo. En cuanto los alumnos ven que el docente enciende el ordenador del aula su actitud cambia y se vuelven mucho más receptivos y esa disposición debemos aprovecharla para acercarnos a ellos y acercarles los conocimientos.

      Entre las herramientas más utilizadas por mí se encuentran los procesadores de textos que facilita tanto la creación, organización y almacenaje de los materiales, pensamientos,... El Power Point es de uso indiscutible en las presentaciones para atraer la atención de los receptores y, en otras ocasiones también sirve para distraerla de la propia persona. Otra herramienta extremadamente útil ha sido Google Drive. Con ella puedo compartir la creación y elaboración de trabajos académicos con los grupos de compañeros. Pero también la empleo para mi trabajo fuera de las aulas, y mis jefes ven a tiempo real la evolución de mi trabajo que incluye comentarios y puestas en común. En realidad creo que con Gmail tenemos acceso a unas cuantas aplicaciones muy útiles en general.



       La gran Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en la que tienes acceso a tantos materiales; Drae, que de tantos momentos de duda me ha sacado. Youtube, donde puedes encontrar vídeos, documentales, canciones..., de amigos también. Todo tipo de materiales que se pueden visionar en el aula. Poco más tengo que decir debido a mi voluntaria ignorancia tecnológica, aunque cada vez más preocupada por salir de ella.

       Sin ser plenamente consciente de ello, será por mi actitud de “yo no he caído”, me he dado cuenta de un hecho que ha pasado desapercibido para mí por completo, resulta que utilizo mucho más estos medios de los que soy consciente. Compro los billetes y facturo online, y si necesito vehículo allá donde vaya, ¡pues también!; escucho música en Spotify; las gestiones bancarias las hago a través de mi móvil; compro libros, música, regalos y otras cosas extremadamente útiles por Internet; y leo las noticias también. Hace muchos años que ya nadie compra el periódico en casa. Mi agenda está en mi móvil; en Dropbox organizo todas mis cosas que también comparto.



Autobiografía lectora


     No puedo recordar cuál fue el primer libro que tuve entre mis manos. Probablemente sería La isla del tesoro de R.L. Stevenson, porque sí que recuerdo que nos regalaron dos o tres libros de una colección en la que también estaban Huckelberry Finn de Mark Twain  y, si no recuerdo mal, también Robinson Crusoe de Daniel Defoe… aunque de eso ya no estoy tan seguro. De lo que estoy seguro es que de entre esos tres probablemente leería el de La isla del tesoro, porque yo era más de historias de piratas, puesto que para mí literatura y cine han estado estrechamente ligados (herencia paterna) y de pequeño no me perdía ni una sola película de piratas que hicieran en la televisión.
     Aventuras. Era lo que más me gustaba de pequeño. Da igual que fueran de piratas, de indios y vaqueros… lo que fuese. Tanto en el cine como en las páginas de un libro. Por eso no es de extrañar que el primer libro que con absoluta seguridad que recuerdo haber leído (y con avidez) fue Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas. Y, como no podía haber sido de otra manera, porque la noche antes vi con mi padre la adaptación de George Sidney de 1948 con Gene Kelly haciendo de D’Artagnan.
     El paso siguiente fue el más lógico: Veinte años después. Tenía ganas por saber qué había ocurrido con los personajes creados por Dumas, así que me embarqué en la segunda aventura de los cuatro mosqueteros. No ocurrió lo mismo con El Vizconde de Braguelonne, que es la tercera entrega. Quizá por cansancio, quizá porque me resultó algo farragosa, recuerdo que dejé la novela a medias con un punto de pesar.
     Con Dumas fue mi bautismo literario y a él he vuelto en alguna ocasión. Desde entonces han pasado por mis manos multitud de libros, de los cuales algunos me han marcado mientras que otros han pasado por mis manos como un simple disfrute pasajero. En otros casos (y no han sido pocos) he tenido que sufrir algunas obras, ya sea porque eran simplemente malas o a causa de mis carencias a la hora de enfrentarme al texto. Con el tiempo he ido aprendiendo a evitar o a dejar a tiempo las primeras, mientras que mi competencia literaria ha mejorado lo suficiente para poder apreciar las otras.
     Sea como fuere, no voy a entrar a detallar todo lo que he ido leyendo durante estos años. Al fin y al cabo… ¿a quién le puede llegar a interesar?. Sin embargo, ya que este es un blog hecho expresamente para la asignatura y la práctica que estoy realizando así lo requiere, sí que realizaré una pequeña lista con los libros que más me han marcado. O sea, una especie de respuesta a la típica pregunta de “¿Qué diez libros te llevarías a una isla desierta?”.
      Cien años de soledad de Gabriel García Marquez y Pedro Páramo de Juan Rulfo quizá sean los dos libros que más me han marcado. Sin duda mi vena cinéfila (cinéfaga, más bien) se decantaría por Moteros Tranquilos, toros salvajes de Peter Biskind o Conversaciones con Billy Wilder de Cameron Crowe. Disfruté cada página de Leviatán de Paul Auster y con Cualquier otro día de Dennis Lehane descubrí a un autor al que he vuelto más de una vez. Sin duda me llevaría La Regenta de Leopoldo Alas 'Clarín' (libro que odié cuando empecé y amé encuanto conseguí acabar) y San Manuel Bueno Mártir de Miguel de Unamuno. Me reí a carcajadas tanto con los pobres soldados españoles de La sombra del águila de Arturo Pérez Reverte como con el infame Ignatius Reily de La conjura de los necios de John Kennedy Toole, a los que he vuelto a visitar de vez en cuando.
     Y, evidentemente, elegiría la compañía de los cuatro mosqueteros de Dumas. Porque hay libros que marcan el camino... y esos nunca se olvidan.

Biografía literaria

     Mi biografía literaria comienza con los cuentos que mi abuelo me hacía vivir. Daba igual que fuera agosto e hiciera un calor insoportable, pero si el cuento traía una tormenta, allá que nos cubríamos con la colcha de la cama y recorríamos media casa corriendo bajo ella para buscar refugio de la lluvia imaginaria que, imaginariamente nos empapaba. Creo que fue en esos momentos cuando comencé a descubrir la magia que puedes encontrar en los libros: «El que no inventa no vive», como dijo una grande en esto de las letras. Así fue como, desde muy pequeña me acostumbré a vivir las lecturas y, al mismo tiempo me convertí en una exigente escuchadora de historias. Menos mal que continuaron alimentando mi imaginación con muchos más cuentos e historias, porque así fue como acabé cargando con El Quijote, eso sí, en cómic, pero ¡6 tomos de tapa dura! Todavía lo conservo y él conserva los estragos de mis visitas porque, los dibujos me gustaron primero.


     En cuanto aprendí a juntar las letras fui yo quien se convirtió en lectora y, con los sabios consejos de quien sabe muy bien lo que se hacía, empecé a leer para los demás. Comencé buscando entre los libros que había en casa, descubriendo la Colección Teatro y la Biblioteca Joyas literarias y sin saberlo, intimé con Álvarez Quintero, Alfonso Paso, Torcuato Luca de Tena, Pedro Muñoz Molina, Jacinto Benavente, Pedro Muñoz Seca... Poco a poco cambié los lugares en los que nutrirme de libros y así fue como descubrí a Terenci Moix, Conan Doyle, Poe, Cela, Vargas Llosa, Kafka, Gala, Rosa Montero, Rosa Regàs, Zoé Valdés, Juan Marsé, García Márquez, Ana María Matute... y todos aquellos libros que veía leer a los de mi alrededor.

     Siempre he intentado compaginar de la mejor manera mis lecturas académicas de las lúdicas, lo que es harto complicado. Siempre he recurrido y lo sigo haciendo, al «montón para el verano», aunque cada vez es más complicado porque el verano ya no es tan ocioso ni eterno. Muchas de las lecturas académicas me han permitido conocer a Lorca, Miguel Hernández, Rubén Darío, Neruda... que me han llevado a otros como Benedetti, José Parra, Lezama Lima, Allende, Carmen Laforet... Difuminándose la frontera entre algunas lecturas lúdicas y académicas.

     La etapa del descubrimiento de las propias raíces me llevaron a la literatura catalana, Curial, Tirant, Eugeni D'Ors, Josep Pla, Víctor Català, Espriu, Fuster, Gimferrer, Guimerà... La etapa best seller la sigo manteniendo porque me divierte mucho. El descubrimiento de la literatura eslava está en proceso y, de momento nos estamos llevando muy bien los Bohumil Hrabal, Jaroslav Hašek, Klíma, Jan Neruda, Vernich, con los que he descubierto que tengo un sentido del humor muy … compartido.

Herramientas digitales en el aula


Internet ha abierto un mundo de posibilidades para el desarrollo de la actividad docente dentro y fuera del aula. Un mundo en permanente cambio, ya que día tras día no sólo se abren nuevas puertas sino que la tecnología que las sustenta evoluciona a tal velocidad que hay que estar en siempre atento a cualquier novedad que nos permita aplicar una nueva estrategia para que nuestros alumnos aprendan en clase.
Facebook, Twitter, Youtube, Instagra, Periscope, Google, Drive, aplicaciones, tutoriales, blogs, podcasts… en internet se puede encontrar de todo y todo se comparte. Y ya no sólo desde nuestro ordenador porque de un tiempo a esta parte la tablet y el móvil también se han convertido en herramientas habituales por medio de las cuales alumno y docente pueden acceder a la información que necesita para desarrollar su tarea.
Evidentemente, la cuestión está en cómo gestionar adecuadamente esa tecnología en el aula. Sobre todo si tenemos en cuenta que en los centros está prohibido el uso de cualquier dispositivo electrónico, especialmente en el caso de los móviles por las posibilidades (casi) nada educativas que supone el uso del Whassap. Al menos no es el uso que nuestros alumnos le dan habitualmente dentro y fuera del aula. E introduzco ese “casi” en la frase porque, como cualquier tecnología, si está bien utilizada, podemos incluirla en la práctica docente.
Por poner un ejemplo práctico de una utilización adecuada, durante mis recientes prácticas mi tutora estuvo introduciendo el tema del diálogo y sus diferentes variantes (la entrevista, el debate, etc.) a sus alumnos de 1º de ESO, con diversos ejemplos prácticos. Como añadido al tema yo incluí también el diálogo por Whassap, como variante de un diálogo escrito, con sus diferencias y limitaciones con respecto al diálogo oral, incluyendo además un simple ejemplo práctico que consistió en la distribución de los alumnos por parejas para que entablaran entre ellos una conversación corta.
En otro momento, tanto con los alumnos de FP Básica como los 2º de Bachillerato, surgió la posibilidad de utilizar la aplicación de la RAE como diccionario en el móvil, algo que curiosamente para algunos les supuso toda una revelación ya que ni siquiera habían pensado en la utilización del móvil de esa forma.
Sin embargo, he de decir que, en lo que al centro en el que estuve se refiere, había muchas limitaciones (cuando no directamente carencias) en el aula para aplicar las herramientas TIC. En el aula en la que yo estaba había proyector pero no funcionaba, mientras que en otras aulas directamente no había. Esto reduce sensiblemente las posibilidades de unos docentes que han de ingeniárselas para poder trasladar esas herramientas TIC a su actividad diaria, cuando no simplemente obviarlas ya que su aplicación es prácticamente inviable.


Para finalizar, resulta cada vez más evidente que los docentes debemos evolucionar junto con nuestros alumnos para que nuestra materia sea más accesible y dinámica. Claro está siempre que las circunstancias lo permitan. Si no… deberemos aguzar el ingenio para sortear las dificultades que se nos presenten, porque opciones siempre hay y al ritmo que fluye todo en lo tecnológico está claro que cada día aparecerán más.

domingo, 13 de marzo de 2016

Las TIC en el aula

     Uno de nuestros propósitos a la hora de impulsar este blog sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) denominado Trestwitters tigres no es otro que plantearnos la relación entre la enseñanza y elempleo de las nuevas tecnologías. Como primera actividad, nuestro profesor José Rovira, nos ha propuesto realizar un repaso de nuestro día a día en las aulas – o nuestra experiencia directa en las prácticas del Máster de Profesorado – e intentar sacar en claro el uso (sí, también el abuso) que realizamos de las TIC.
     Si bien mirado la realidad del aula se aleja de esa utopía tecnológica en la que se ampara cierta investigación sobre el tema, no deja ser una verdad palpable que la dimensión virtual ha traspasado las puertas de los centros educativos para instalarse en el aula. Porque, al fin y al cabo, los alumnos viven en la misma dependencia tecnológica que nosotros los profesores. Y no será menos cierto que por mucho que prohibamos el empleo de los teléfonos móviles en el aula (véase sino el caso de nuestro Máster de Profesorado) desempeñan un papel fundamental, por ejemplo, a la hora de comunicarnos con los padres de nuestros alumnos o entre los mismos docentes.

     No obstante, sí quisiéramos dejar constancia de algunas observaciones que nos han llamado la atención durante nuestro respectivo mes de prácticas. En primer lugar, y merece la pena recordarlo, no se permite el contacto directo entre profesores y alumnos mediante (por ejemplo) el correo electrónico, ya que tratamos – en la gran mayoría de los casos – con menores de edad. En segundo lugar, el centro docente en el que nos tocó impartir (guardaremos el anonimato, por si las moscas) cuenta con un buen despliegue digital que se construye desde una sólida página web pasando por una comunicación fluida gracias a un campus virtual puesto al servicio de los alumnos y todo el organigrama escolar. (Aunque, a pesar de ello, no estará de más señalar que los padres de los alumnos emplean el teléfono móvil, el correo electrónico e incluso el WahtsAPP para comunicarse con los profesores). Y en último lugar, el empleo más destacado de las TIC en nuestras prácticas fue el puzzlemaker. Gracias a esta herramienta, aconsejable para cualquier profesor sustituto al borde de un ataque de nervios, pudimos llevar a cabo una evaluación basada, entre otras actividades, en una ¡sopa de letras verbal! y un ¡crucigrama verbal!